Un aspecto importante de la MTC es la teoría de los Cinco Elementos. Como sistema energético que somos exige una percepción intuitiva y lógica para entendernos física, psicológica y espiritualmente. Los Cinco Elementos se componen de cinco fases energéticas en lugar de cuatro como en la tradición occidental de Fuego, Tierra, Aire y Agua. El número cinco simboliza el intercambio dinámico y representa la naturaleza. Por lo tanto, son fases de transformación que se interconectan en cada nivel del mundo natural y el microcosmos humano del cuerpo-mente. Por lo tanto, son fases de un proceso. Los Cinco Elementos son una extrapolación de los movimientos del Yin y del Yang.
Los Cinco Elementos en relación con las estaciones serían: Agua(Invierno), Madera (Primavera), Fuego (Verano), Tierra (Estío) y Metal (Otoño).
A la primavera, por tanto, le corresponde la Madera. La Madera es el brote de la semilla, el símbolo del crecimiento potencial, lleva asociada los meridianos de hígado y vesícula biliar. El hígado para la tradición oriental lo considera como el “gran estratega” que regula las fuerzas vitales (a nivel físico, emocional y mental) para que fluyan coordinadamente y de acuerdo a un plan o dirección.
Si el hígado está equilibrado las emociones están equilibradas y la persona tiene el control de sus acciones, tomando las decisiones adecuadas en cada momento, aceptando los cambios y afrontando los obstáculos de manera flexible. De manera que el hígado recoge el potencial que se guarda el riñón dándole el impulso y la dirección adecuada.
El desequilibrio del hígado puede traducirse en descontrol emocional o en un control excesivo y rígido, desembocando en un carácter colérico, en reacciones emocionales irracionales o en ataques de cólera.